domingo, 1 de mayo de 2011

Tratamiento Con Base Comunitaria en Chile

Por: Mauricio Zorondo B. y Bárbara González G.
La Fundación Escuela Nacional de Estudios y Formación en Abordajes de Adicciones (EFAD), es una institución de la Pastoral Nacional de Alcoholismo y Drogadicción de la Conferencia Episcopal de Chile, que ha sido apoyada desde su creación por Caritas Alemana, y en base de este apoyo financiero y técnico, ha optado por desarrollar el Modelo ECO2 en Chile.
EFAD nace a la vida social en el año 2000, como un Centro de Formación, que buscaba entregar formación sistemática a lideres sociales y profesionales de todas las regiones de Chile; en un proceso de formación que se concebía con dos años de duración; en el año 2003, se decide incorporar los conceptos del Modelo ECO2 y a partir de allí, se desarrollo un proceso de “prácticas constantes” que fue permitiendo la instalación de equipos locales e intervenciones comunitarias en los más diversos lugares de Chile; llegando en la actualidad a estar presente en 13 de las 15 regiones de Chile. Desarrollando programas de formación para agentes comunitarios y profesionales que operan en espacios comunitarios; además de la instalación de Programas de Acción Comunitaria en el marco del Modelo ECO2 en todo Chile, contando con una red de formadores/as de más de 60 personas en todo Chile, y de más de 120 organizaciones conectadas a las acciones del Modelo.
Es en el marco de dicho proceso que, con el apoyo de Caritas Alemana y de CONACE, se logra establecer a partir de 2008, un proceso de aplicación sistemática de la propuesta de Tratamiento con Base Comunitaria a través de la instalación de diversos Dispositivos de Bajo Umbral en dos ciudades de Chile: Antofagasta (Región de Antofagasta) y Copiapó (Región de Atacama)[1]. Durante 2009 se iniciaron acciones similares en Angol (Región de La Araucanía), con el apoyo del Servicio de Salud de La Araucanía Norte; y en Iquique (Región de Tarapacá), desde la voluntad de un equipo de “Educadores Comunitarios” egresados de EFAD, que con el tiempo han desarrollado la organización SAREPTA; y en 2010 en Talcahuano (Región del Bío-Bío), con apoyo del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV).
En todos estos lugares, el trabajo se ha caracterizado por abordar comunidades en situaciones de exclusión social grave, con altos niveles de vulneración, y enfocándose en población en situación de calle. Los lugares escogidos, poseen vinculaciones previas con EFAD a través de relaciones con actores sociales; generalmente localizados a través de procesos de práctica originados en el proceso de formación; se privilegia aquellos que han sido focalizados por las entidades regionales del gobierno por ser altamente vulnerables; y en la gran mayoría se trata de lugares con poca o nula intervención estatal.
Los equipos ejecutores de los proyectos han estado compuestos  por profesionales y  Educadores Comunitarios que han pasado por los procesos de formación de EFAD y otras personas que participan del proceso de formación; en todos los equipos, con el correr de las intervenciones, se han integrado actores locales (líderes de la comunidad y otros vecinos) como Agentes Pares que han permitido una mejor llegada sobre ciertos grupos.
Desde la experiencia de EFAD, los Dispositivos de Bajo Umbral han sido estructurados como  espacios de baja demanda de entradas que permita a las personas un ingreso expedito, cercano y directo; y que se constituyen en un espacio de encuentro y seguridad para la comunidad, de forma de organizar el encuentro, disminuir la distancia social y propiciar espacios organizados de escucha.
Imagen 1: Articulación de Dispositivo de Bajo Umbral
Cuadro de texto: Trabajo de Calle Cuadro de texto: Trabajo de Calle
La instalación de Dispositivos de Bajo Umbral, es para nosotros un punto de llegada y de partida;  es un punto de llegada porque constituye el resultado de la acciones comunitarias, que ha posibilitado vincular al equipo con la comunidad, proceso en el que se ha instalado una red subjetiva, se ha conocido la red de líderes y de recursos comunitarios; y donde hemos logrado comprender los principales aspectos de la dinámica y funcionamiento de la comunidad. Por lo tanto el Dispositivo de Bajo Umbral, surge como un espacio necesario para articular y sostener (en un espacio de seguridad), las relaciones entre los distintos actores de la comunidad.
Es a su vez un punto de partida, en el sentido, que son desde las conversaciones, diálogos y experiencias vividas en él, que se logra promover procesos individuales y comunitarios que tiendan hacía la mejora de la calidad de vida y la mayor integración social.
El equipo de Copiapó, nos relató su experiencia de conformar un Dispositivo de Bajo umbral en su ciudad:
Somos un grupo de mujeres dueñas de casa con nuestras  propias capacidades y a demás con trabajos de diversas índoles cada una con sus familias y sus propios problemas familiares insertos en una sociedad actual individualista y consumista.
 De una  Región Minera  y por ende con muchos mitos, especialmente para justificar el consumo de alcohol, en la actualidad esta realidad ha ido cambiando por el surgimiento de diversas drogas. 
También en la ciudad surgió la nueva fuente de trabajo que son los   parronales (trabajos de recolección de uva) por lo que se incrementa la población flotante  y muchos viven en situación de calle  y comienza el consumo de diversas sustancias para palear distintas problemáticas.
Nuestro equipo nace  desde un contexto en  base de la sensibilización personal y la educación cristiana que cada uno tenemos  y al ver  la gran cantidad  de jóvenes niños/as consumiendo alcohol y otras drogas en los distintos sectores de nuestra comunidad, con esa inquietud participamos en la pastoral de alcohol y otra drogas y con el tiempo comenzamos a estudiar  en la escuela EFAD en donde la mirada de intervención en prevención o tratamiento es desde otro enfoque  y aprender  haciendo  y aplicando el Modelo ECO2 nos dice que el consumo de drogas es complejo y no solo individual por lo  que debemos abordar muchas otras problemáticas existentes en la comunidad. Entendiendo como comunidad a un grupo de seres humanos que comparten elementos en común, como idioma, costumbres, ubicación geográfica, visión del mundo o valores, y especialmente en las representaciones sociales  e ir fortaleciendo las redes existentes ( Y en esta aplicación de la teoría en la práctica  visualizamos  un sector  para nuestra practica  , una de la integrantes había tenido un conocimiento de este sector que no había sido intervenido por las organizaciones gubernamentales y desde el año 2007 nos insertamos en este sector  con las alumnas  en práctica para aplicar el SiDiEs  y nos encontramos en una población   encubada en una quebrada  , árida y con diversas problemáticas.
Para comenzar a conocer la comunidad nos insertamos en ella para crear los vínculos con los líderes formales e informales, las conversaciones cotidianas y ganando espacios de confianza con los jóvenes y las personas más antiguas, logramos conocer las distintas  historias.
Comenzamos a construir los  vínculos sentadas en las aceras conversando las inquietudes de los jóvenes, tuvimos reuniones en la sede de la junta de vecinos que estaba muy deteriorada junto a algunas dirigentes,  realizamos una actividad de hermoseamiento del entorno de la sede, no había participación todos estaban peleados además  los dirigentes con la comunidad cristiana también tenían mala relación. Los jóvenes son mal mirados  tratándolos de delincuentes y drogadictos, en este espacio de relaciones pasó un año en donde construimos relaciones, vínculos cuando ya somos parte de la comunidad  hicimos la reunión con la participación de varias personas y vimos fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas.
El  año 2008 se presentó la posibilidad de postular al proyecto de Fondo Especial de Conace, para tener recursos y realizar las actividades de enganches y poder aplicar el modelo eco2 de mejor forma  adjudicado este proyecto se conformo un equipo especializado incluyendo las alumnos en práctica  y el trabajo fue más sistemático con la instalación de un dispositivo de bajo umbral  que funcionaba una vez a la semana con diversas actividades de enganches como ; loterías familiares , celebración de aniversarios , navidad fiestas patrias ,día del niño , de la madre etc. Talleres de formación  ollas comunes, tardes de escuchas, derivaciones de casos.
Al término del proyecto concluimos  que la instalación del dispositivo bajo umbral permitió una articulación comunitaria un trabajo en red y una conformación de relaciones interpersonales. El dispositivo  proporciona seguridad y  acompañamiento a las `personas que tienen `problemas. Se realizaron momentos de escucha en donde las personas lograron tal confianza que esperan el espacio para contar sus problemas, se  realizaron  diversas derivaciones a  distintos dispositivos de tratamientos .Durante el verano 2010 se gestionaron  pases para la piscina  y el paseo a la playa  como un proceso de continuidad en el sector  esta actividad fue gestionada por el equipo y la responsabilidad de ejecutar dichas actividades quedaron en mano de una persona del sector.
La metodología aplicada ha permitido un mejor acercamiento con las personas y a partir de esta experiencia somos conscientes que la compañía el apoyo permanente  ha sido vital en el cambio de las representaciones sociales que la comunidad tenía internalizada. 
Las acciones  han generado   una mejor relación y comunicación  entre los miembros de la comunidad.
Es importante seguir organizando las redes para que las familias puedan continuar mejorando sus condiciones de vida seguir creando los espacios para la coordinación entre las organizaciones locales como las junta de vecinos – grupos de iglesias con otras instituciones comunales con el objeto de desarrollar iniciativas orientadas al apoyo para el mejoramiento comunitario
La instalación del toldo en forma permanente  creó un espacio de encuentro con las personas llegando promover procesos de transformación y cambios en la comunidad[2].
Desde estas experiencias de conformación de Dispositivos de Bajo Umbral, los equipos han ido aprendiendo a vincularse desde lo positivo de cada cual, poniendo atención en el desarrollo individual, más que en la solución de problemas, desde nuestra perspectiva, estas soluciones derivarán de los recursos que cada cual logre desarrollar. 
En esta línea el equipo de Antofagasta, le contaba a Gonzalo Hurtado, quien elaboró la Sistematización de los programas de Bajo Umbral desarrollados entre 2008 y 2009, con aportes de CONACE.
 A veces se generó el cambio en ellos de “ya, ahora me voy a rehabilitar”, porque muchos de ellos tienen ganas. La idea que ha significado este tiempo es como transmitirles el conocimiento del concepto que de esa manera se pueden ayudar, porque hay varios que tienen el problema pero no hayan como buscar una solución, sobre todo porque a distintas instituciones, como Tabor, les es difícil llegar a ellos. [3]
“Nosotros estamos acá para rehabilitarte, acá en el toldo.” Les decíamos, y como que nos miraban sin creernos. Y ahora, con los que hemos ido generando más vínculos, creen. Porque el Martes llegan o el Jueves llegan y como que en ese espacio ellos se sientes escuchados, aunque siempre les tocamos el tema de que no tomen tanto.”(Mauricio Meneses)
Sin embargo, este no ha sido un proceso exento de dificultadas, como lo relata Mauricio Meneses, Coordinador del Equipo de Bajo Umbral de Antofagasta, en la Sistematización elaborada por Gonzalo Hurtado; “En lo que hemos fallado es que nos ha costado el trabajo  por dificultades de tiempo laboral, como para estar el 100% del tiempo que sería el ideal para poder generar algo más efectivo, para poder generar una acción más concreta. Pero por un tema de no disponer del tiempo. Con tiempo podríamos producir más cambios de los que estamos haciendo, porque a pesar del poco tiempo que tenemos se han logrado cambios. Tenemos compañeros que han dejado de consumir, hemos llevado a otro al asilo de ancianos. Pero podríamos generar más cambios si estuviéramos más tiempo. Ese es un problema, porque es muy poco lo que se puede hacer una vez a la semana, en ese horario y a esa actividad, y en el caso en que teníamos el container eran tres veces a la semana. Entonces es mejor tener continuidad.”
Todo este proceso, que aun sostiene Fundación EFAD, ha tenido diferentes resultados y perspectivas, pero en todos los lugares se ha constituido principalmente en un lugar de encuentro, y por lo tanto, desde nuestra perspectiva, creemos que Tratamiento Comunitario, es ante todo un mecanismo de construcción de integración social. La integración sana, mejora y desarrolla, no sólo a uno de los polos de la relación; sino que estos fenómenos se viven en todos los actores del proceso, siendo TODOS por momentos terapeutas y por momentos “clientes”; todos hemos aprendido que cambiar parte por cambiar nosotros mismos, apoyar a cambiar es saber aventurarse en el cambio personal, no en esperar que el otro cambie.
Desde esta visión hemos sistematizado alguno de los principales resultados que han tenido nuestros Dispositivos de Bajo Umbral en el país:
También hemos querido cuantificar dichos resultados de forma que puedan permitirnos mirar con mejor precisión lo que hemos logrado y lo que nos falta por recorrer:

Iquique
200 personas atendidas
16 personas reinsertadas en su familia
30 personas por noche
Antofagasta
50 personas por vez de instalación
150 personas atendidas
20 personas en seguimiento
Copiapó
40 personas por vez de instalación
200 personas atendidas
50 personas en seguimiento


En estos momentos nos encontramos en una situación en la que hemos logrado instalar estos dispositivos y requerimos lograr darle sustentabilidad en el largo plazo, para lo que estamos buscando sumar voluntades en esta tarea, y seamos capaces de integrar en estos dispositivos mecanismos de educación (formal e informal) y trabajo (Negocios Inclusivos).
Seguimos adelante en el convencimiento y la Esperanza, que desde nuestra Fe en Jesucristo, nos anima, de un “mundo nuevo y un Cielo Nuevo”, en el que todos y todas puedan contar con un espacio en la Mesa de Todos y Todas.



[1] Dichas experiencias, han respondido a la continuidad de procesos desarrollados en el marco de la práctica  de la formación de Educadores Comunitarios en Abordaje de Adicciones y se han podido consolidar gracias al financiamiento que 4 de ellas obtuvieron a través del Fondo Especial 2008-2009 de CONACE (Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes).

[2] Documento de Sistematización de Programa Bajo a Umbral Copiapó. Vilma Carmona; Violeta Díaz, Marcelina Godoy, Victoria Ramos, Nilsa Núñez y Rosario Gómez.
[3]  Sistematización de Proyecto de Bajo Umbral 2008-2009. Gonzalo Hurtado

No hay comentarios:

Publicar un comentario